28 de octubre de 2011

¡GRACIAS!

El domingo en la fiesta del Domund me acordé de Clara. Una niña de ojos vivos y sonrisa sincera. Hace algún tiempo (tenía 4 años), cogida de mi mano caminaba hacia mi despacho. Iba segura y contenta porque sabía que allí le esperaba un regalo: una piruleta. (en mi armario siempre hay piruletas para endulzar un poco la vida de los niños). Cuando se la di me miró, me sonrió, pero no dijo nada. Su madre, como todas las madres que esperan la palabra mágica de sus hijos "bieneducados" le dijo: "Clara, ¿Qué se dice?" A lo que Clara contestó: "¿Me das otra para mi hermano?".
Siempre me ha gustado contar esa anécdota por la sencillez y naturalidad de la protagonista.
Pero el domingo la recordé al ver el patio del colegio lleno de gente.
En esta ocasión también teníamos que decir gracias; pero un GRACIAS porque todos estábamos pidiendo para que a mi "hermano" no le falte nada de lo que yo tengo.

Y tú, ¿Te has parado a pensar qué "piruleta" necesita tu hermano?